Diseñados con obstáculos o patrones que obligan a la mascota a comer más lentamente, lo que puede ser beneficioso por varias razones:
Previene los atragantamientos.
Regula la ingesta de alimentos ayudando al control del peso.
Estimula mentalmente a tu mascota al ser necesario que desarrolle una especie de laberinto para ingerir su comida.
Previene reflujos, vómitos y demás problemas digestivos causados por comer muy rápido y/o en exceso.
Controla el estrés y la ansiedad.